Este es uno de los primeros y claro, tenía que ser un caballo, casi siempre es una de las primeras cosas en las que se me ocurre pensar... Trabajar con siluetas es un poco limitador, pero también es un desafío buscar recursos para hacerlas identificables.
A veces utilizo sólo papel blanco y otras intento darle un toque de color que permite añadir algunos detalles a las siluetas. Las cajas tienen, por así decirlo, una vista diurna (con la luz apagada) y otra nocturna (con la luz encendida).
Ésta la vendí hace poco en una tienda de Santiago llamada Mononoke. La dueña (hola, Eva) comparte conmigo la admiración por el maestro Miyazaki.
Y hablando de admiraciones y fanatismos varios, yo sigo con mis caballos. Aqui, quise hacer una prueba con color, porque yo soy muy colorista, tanto para vestir como para pintar (confieso que en mi armario no existe la ropa blanca, y apenas la negra), pero como se puede ver más abajo, el efecto nocturno pierde transparencia.... aunque el diurno, en mi opinión, gana en color.
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